Jugando con ella podemos descubrir muchas cosas acerca de cómo vuelan y caen los objetos ¿Te animas?

Pues, ¡comencemos!

¿Alguna vez te has preguntado cómo caen los objetos?, ¿qué hace que caigan más rápido o despacio al suelo?, ¿la masa?, ¿la forma del objeto?

Te proponemos un sencillo experimento para descubrirlo:

• Cogemos dos folios iguales (misma masa, misma forma, mismo tamaño), uno en cada mano. Si los tiramos al suelo desde la misma altura, ¿cuál llegará antes al suelo?
• Arrugamos uno de los folios haciendo una pelota con él (misma masa, forma diferente). Tenemos una pelota de papel en una mano y un folio sin arrugar en la otra. Si los tiramos desde la misma altura, ¿cuál llegará antes al suelo?
• Ahora hacemos otra pelota con el folio que nos quedaba, pero esta vez metemos en su interior algún objeto pequeño y pesado (tuercas, plastilina, etc). Intentamos que tenga la misma forma y tamaño que la otra pelota, pero pesará más. Si los tiramos al suelo desde la misma altura, ¿cuál llegará antes al suelo?

¿Influye el peso en la velocidad de caída?, ¿y la forma del objeto?

¿Qué frena a la hoja de papel sin arrugar?

¡¡Manos a la ciencia!!

Ahora que ya hemos experimentado con los objetos en caída libre, ¿qué tal si construimos una indiaca que caiga una y otra vez pudiendo jugar con ella?

Para ello, seguiremos los siguientes pasos:

• Primero construiremos la base de nuestra indiaca, para lo que necesitaremos las hojas de papel. Arrugamos las dos hojas creando una pelota con ellas.
• Para conseguir que las hojas no se muevan, las envolvemos en papel de aluminio, haciendo una pelota. Esto será la base de la indiaca.
• Ahora vamos a hacer la parte que ayudará a nuestra indiaca a volar, las “plumas”. Podemos utilizar diferentes materiales:  goma eva, papeles de colores, plumas… lo que queramos. Podemos recortarlas, haciendo formas con ellas, como más nos guste. Lo importante en esta parte es hacerlas bastante largas, para que puedan sobresalir cuando las cubramos con la tela.
• Pegamos un poquito las “plumas” que hemos creado sobre la base de la indiaca, utilizando cinta aislante o cinta de carrocero. Esto nos ayudará a colocar y cerrar después la tela con mayor seguridad.
• Por último, ponemos el trocito de tela estirado sobre la mesa y colocaremos en el centro la base de la indiaca con las “plumas” hacia arriba. Envolveremos la base y la cerraremos y apretamos fuerte con una brida. Si no tenemos brida, podemos utilizar cinta adhesiva o una cuerda.

¡Ya tenemos listo nuestro objeto volador! Podemos jugar y comprobar sus distintas maneras de volar. Si la lanzamos en dirección vertical hacia el cielo ¿como caerá? Y si la tiro hacia delante, ¿sigue una línea recta?

La forma tradicional de jugar con la indiaca es, entre mínimo, dos personas, colocadas una enfrente de la otra. Pondremos la mano plana y golpeamos la indiaca hacia adelante y hacia arriba, creando una parábola.  La persona de enfrente deberá intentar devolvérnosla, golpeándola de la misma manera, sin que se caiga al suelo ¿Cuántos golpes podemos darle sin que se caiga? ¿Y si en vez de utilizar las manos la golpeamos con otras partes de cuerpo?

Para saber más

No os lo hemos contado, pero, cuando estuvimos tirando las pelotas de papel con distinto peso, hicimos un experimento muy famoso sobre caída libre ideado por Galileo Galilei hace más de 400 años. Galileo fue un científico muy famoso que, entre otras cosas, pasó parte de su vida investigando acerca de ¡las rampas! (o como las llaman los científicos y científicas, plano inclinado). Galileo experimentaba con ellas y se fijaba en cómo caían los objetos. Así descubrió que ¡¡la masa no influye en la velocidad de caída libre!! Por eso, en nuestro experimento, cuando tiramos dos pelotas de papel de igual tamaño, pero una más pesada que la otra, llegaban al suelo a la vez.

Aquí en la Tierra, con nuestra atmósfera, todo el aire que nos rodea hace frenar los objetos y los condiciona mucho a la hora de volar y caer. Ese el motivo por el que, cuando tiramos una hoja de papel sin arrugar, tarda más tiempo en llegar al suelo.

Pero…¿y si hiciéramos el experimento en la luna, donde no hay atmósfera ni aire que pueda interferir? ¿Caerían a la vez, por ejemplo, una pluma y un martillo? ¿Te apetece comprobarlo? Pues mira este vídeo en el que el astronauta David Scott, comandante del Apolo XV, lo comprueba.